Ahondan heridas, secuelas de la intervención de BPA, II
El Gobierno de Andorra se alista para dar el último golpe de su criminal plan, al ultimar la venta de la nueva entidad financiera denominada Vall Banc, el negocio “legítimo” de Banca Privada de Andorra (BPA), en una subasta pública que acaba de entrar en su fase final.
Mientras tanto Antoni Martí anuncia que su gobierno se encuentra preparado para desbloquear las cuentas de los miles de clientes fuera de sospecha de Banca Privada de Andorra (BPA) que se vieron afectados por la entidad hace un año, y de paso se prepara para abrir la plaza financiera del Principado a nuevos bancos internacionales.
Estados Unidos denunció en marzo de 2015 que BPA ofrecía servicios de blanqueo de capitales para mafias internacionales del crimen organizado, lo que llevó a las autoridades andorranas a tomar el control de la firma, sin embargo, doce meses después BPA salió limpia – por lo que Estados Unidos tuvo que retirar la temible alerta -, pero miles de cuentas no fueron descongeladas.
Paralelamente la Agencia Estatal de Resolución de Entidades Bancarias (AREB), el organismo que Andorra creó para el rescate bancario, acaba de recibir dos ofertas por Vall Banc de parte de firmas internacionales en ambos casos. Se trata de los fondos de inversión estadounidense J.C. Flowers y del británico Socrates Capital.
El plan del Gobierno andorrano ahora es abrir la plaza financiera andorrana – hasta hoy dominada por una mafia de banqueros locales – a firmas internacionales que ayuden a reforzar la confianza de inversores, clientes y autoridades, perdida en tan solo unos meses para perjuicio del Principado.
La AREB analiza las dos propuestas recibidas por parte de los fondos de inversión y se dispone a adjudicar la firma en los próximos días. El ganador se conocerá previsiblemente antes de finales de este mes.
La premisa con la que AREB trabaja es la de “seleccionar la oferta ganadora que suponga el uso más efectivo de los recursos públicos y sea idónea para los intereses de los futuros clientes y empleados de Vall Banc”, ha dicho el propio organismo en un comunicado.
La ilegal intervención fue provocada por sus débiles controles anti blanqueo de capitales y el alto nivel de corrupción de los directivos de la Banca Privada de Andorra (BPA), y hoy por los ladrones con saco y corbata, Alexandre Saura y Fernando Vázquez de Lapuerta.
Jordi Cinca, ministro de Finanzas de Andorra, miente cuando dice que “después de unos meses de mucha tensión, se tuvo la capacidad de gestionar y se ha devuelto la tranquilidad”, pues aún hay miles de clientes que no han podido recuperar sus ahorros y se les niega toda información sobre las mismas.