“Fondo fantasma” beneficia a clientes privilegiados

Mientras las autoridades andorranas siguen exigiendo a miles de ahorradores comprobantes para acreditar el origen lícito del dinero depositado en fondos de la extinta Banca Privada d’Andorra (BPA), hay casos que por negligencia siguen atorados; mientras extrañamente existen cuentas respaldadas con el fondo BPA Sicav Iberian Equities, que en tan solo dos meses, ha conseguido revalorizarse más de un 8%, superando a todos y cada uno de los fondos que también invierten en la Bolsa Española; sin contar que en los 12 últimos meses ha acumulado una rentabilidad del 25%.

La historia de BPA Sicav Iberian Equities, se remonta al año 2010, cuando BPA compró Banco Madrid y se convirtió en una de las 20 mayores gestoras de fondos de inversión y Sicav del país. Durante años, Banco Madrid fue viento en popa; la gestora no paraba de atraer a nuevos clientes y el fondo de inversión era uno de los mejores de su categoría.

Sin embargo, el idilio entre la gestora y el fondo se truncó abruptamente en marzo de 2015, cuando el Tesoro de Estados Unidos (FINCEN) acusó al grupo andorrano de colaborar en el blanqueo de capitales. Esto obligó a la autoridad financiera del Principado intervenir a BPA y, a los pocos días, el Banco de España optó por intervenir su filial Banco Madrid y su gestora de fondos.

BPA tenía un banco custodio en Luxemburgo: KBL European Private Bankers, que también realizaba labor de gestión, así que los clientes podían elegir entre comprar el fondo español o su clon BPA Sicav Iberian Equities. Mientras se dirimía el futuro del banco andorrano, KBL había sido el responsable de realizar una gestión ordinaria de los productos: facilitar la liquidez a los partícipes, cobrar los dividendos que le corresponde, satisfacer impuestos, pero no puede tomar decisiones de gestión activa.

Es así que BPA Sicav Iberian Equities ha quedado congelado durante estos dos años en un limbo jurídico. Misteriosamente este fondo ha podido generar buenas rentabilidades en el arranque de año sin una gestión activa. Y Vall Banc asegura que ellos no administran el vehículo, tampoco KBL en Luxemburgo.

Aunque un tercio de las cuentas fueron bloqueadas, es inadmisible que un “fondo fantasma” les siga dando a ganar millones, y que ha podido generar retornos tan altos, mientras miles de clientes siguen batallando para recuperar sus capitales.

En contraste con los “lobos” de BPA y ahora Vall Banc, en los últimos meses Banco Madrid ha abonado a los 15 mil 685 acreedores cerca del 50 por ciento del montante adeudado. Unos 180 de los 400 millones que se les deben. Y a diferencia de lo ocurrido en España, donde la libertad dada a los clientes de Banco Madrid dio lugar a una fuga de capitales que requirió liquidar la entidad, el bloqueo absoluto de BPA dejó en suspenso la situación de un millar de clientes, cuyos activos fueron traspasados a Vall Banc.

A dos años de la intervención la plaza financiera andorrana no ha podido recuperar su credibilidad, en tanto miles de clientes siguen enfrentando una serie de restricciones para acceder a su dinero, principalmente la limitación en el retiro de efectivo.

En el plano judicial, los máximos accionistas de la entidad, los hermanos Higini y Ramón Cierco, así como el consejero delegado de BPA y Banco Madrid, Joan Pau Miquel, que acaba de ser liberado tras casi dos años de prisión provisional, mantienen su pulso con la justicia andorrana.

En total, existen ahora mismo once causas judiciales en torno al escándalo BPA, que incluyen las investigaciones cruzadas con la mafia china de Gao Ping, el ruso Petrov y las conexiones con el cartel de la droga de Sinaloa, en México.

El caso es que 740 días después, los acreedores siguen esperando a cobrar buena parte de su deuda y la Justicia aún no ha aclarado si hubo delito.